En 2012, en el país se generó un donante cada 14 horas y se realizó un trasplante cada 6 horas.
Cuál es la importancia de donar órganos?
La donación es un acto voluntario, consciente y altruista que permite dar vida a otros con los órganos y tejidos donados, en atención a las necesidades que se presentan en la población que se encuentra a la espera de un trasplante o un implante. En nuestro país hay más de 7.367 personas en lista de espera para recibir un órgano o tejido que le salvaría la vida. Todos podemos ayudar a salvar vidas expresando nuestra voluntad de donar nuestros órganos y tejidos. Donar órganos no es otra cosa que dar vida, es un gran acto de amor y solidaridad.
¿Quiénes pueden donar?
Toda persona mayor de 18 años puede manifestar en forma expresa su voluntad afirmativa o negativa respecto a la donación de sus órganos o tejidos. La donación dependerá de las características del fallecimiento. Llegado el momento, los médicos determinan cuáles son los órganos y/o tejidos aptos para trasplante.
Se pueden donar órganos en vida solamente ante una necesidad extrema, frente a la falta de donantes cadavéricos, se plantea la posibilidad del donante vivo, debiendo existir un vínculo familiar de acuerdo a la legislación vigente. Esta alternativa se refiere únicamente al caso de trasplantes renales y hepáticos. El órgano más común que se dona en vida es el riñón, ya que una persona puede desarrollar una vida normal con un solo riñón en funcionamiento. Parte del hígado también puede ser trasplantado.
La donación de órganos entre familiares está permitida exclusivamente cuando se estima que no afectará la salud del donante y existan perspectivas de éxito para el receptor.
¿Quiénes no pueden donar?
Toda persona menor de 18 años no puede manifestar su voluntad afirmativa sobre la donación de sus órganos o tejidos. En caso de fallecimiento de un menor de 18 años, se puede solicitar a los padres o representantes legales el consentimiento para la donación de órganos y/o tejidos.
Del Ministerio de Salud de la Nación
FELICITAN AL MINISTRO DE SALUD DE SANTA FE POR LOGROS EN DONACIÓN DE ÓRGANOS
¿Cuál es el paso a paso de un operativo de ablación?
1- Detección
El operativo de procuración de órganos y tejidos se inicia en una unidad de terapia intensiva, donde están internados los pacientes críticos. Cuando por la gravedad de la lesión alguno de estos pacientes fallece, en situación de muerte encefálica, se abre la posibilidad de la donación de órganos para trasplante. El médico que asiste al paciente es quien detecta los signos clínicos que indican el fallecimiento, establecidos en el artículo 23 la Ley 24.193.
En estos casos, el profesional tiene la obligación médico legal de efectuar la notificación a la autoridad de contralor nacional o provincial respectiva, es decir al Incucai o al organismo jurisdiccional correspondiente al centro asistencial. Esta obligación está explicitada en el artículo 26 de la Ley 24.193, donde también se establecen las penalidades para quienes no efectuaren dicha comunicación. Cuando el fallecimiento de la persona se produce en el domicilio, la notificación de la muerte a los fines de la donación en la gran mayoría de los casos es efectuada por sus familiares. En estas circunstancias, sólo es posible la donación de tejidos (por ejemplo, las córneas), y los pasos operativos se simplifican.
2- Criterios de selección
Los criterios de selección para el donante de órganos o tejidos son amplios, en general no hay límite de edad (siempre que sean mayores de 18 años). El primer requerimiento es certificar el fallecimiento; el segundo, tener una causa de muerte conocida para evitar la transmisión de enfermedades al receptor. En el transcurso del desarrollo de los pasos operativos, se estudian los antecedentes médicos y enfermedades previas del fallecido, luego se efectúan estudios para evaluar la viabilidad de los órganos y tejidos, a través de determinaciones del funcionamiento de cada uno de ellos.
Los órganos aptos para trasplante -riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino- provienen de las personas fallecidas en una unidad de terapia intensiva con sostén artificial, a quienes se les certifica la muerte bajo criterios neurológicos, conocida como muerte encefálica. Si se produce el paro cardiaco, los órganos pierden viabilidad y sólo se puede ablacionar tejidos -córneas, piel, hueso o corazón para válvulas cardiacas- durante un lapso de horas.
3- Certificación de muerte
La muerte es el evento que marca el fin de la vida, los criterios médico-legales para su diagnóstico y certificación fueron modificándose a lo largo de la historia. La muerte puede producirse por innumerables causas, pero cuando es por lesiones catastróficas que destruyen la delicada estructura encefálica como por ejemplo el traumatismo encéfalocraneano, se la conoce como muerte encefálica y significa la muerte, porque en esta estructura se localizan centros vitales sin los cuales es imposible vivir. Entre otros, los centros que permiten la respiración, la regulación cardiocirculatoria, o funciones más complejas como el despertar o la conexión con estímulos externos e internos, indispensables para la vida.
Certificar la muerte utilizando los criterios neurológicos -muerte encefálica-, es posible sólo cuando los pacientes neurológicos críticos fallecen en la unidad de terapia intensiva, y hay soporte artificial de funciones. El desarrollo tecnológico permite en estos casos el sostén artificial y transitorio de funciones como la oxigenación, a través del respirador, o el latido cardiaco, a través de drogas vasoactivas, lo que no significa en absoluto que la persona esté con vida; la muerte encefálica significa la muerte del individuo.
La certificación de la muerte siempre debe ser realizada por médicos, quienes deben verificar la lesión cerebral en su gravedad y extensión, para determinar en base a su magnitud que es la causante de la muerte. En segundo lugar, la pérdida total y definitiva de las funciones comandadas por el cerebro y el tronco cerebral, como la desaparición de los reflejos neurológicos centrales y el paro respiratorio. Luego, certificar la muerte a través de estudios adicionales; por ejemplo, un electroencefalograma, que demuestre la desaparición de la actividad eléctrica del cerebro, o estudios que indiquen la ausencia de irrigación sanguínea al cerebro y tronco.
4- Mantenimiento
El trabajo de mantenimiento, que se inicia a partir del diagnóstico clínico de muerte, consiste en el sostén artificial de ciertas funciones del organismo con el objetivo de permitir la viabilidad de los órganos cadavéricos para un futuro trasplante, asegurando la oxigenación y perfusión de los mismos.
5- Entrevista familiar
La entrevista familiar es un proceso que tiene como objetivo prestar apoyo a la familia para que inicie el proceso de duelo de una manera saludable, ayudarla a afrontar inicialmente esta nueva situación y a que pueda pensar en la última voluntad del fallecido para cumplir con ella o a que pueda decidir sobre la donación de órganos en caso de los menores de edad. Los profesionales de los organismos de procuración encargados de esta delicada tarea poseen no sólo especial vocación y aptitudes personales, sino también un entrenamiento específico que les permite alcanzar los conocimientos técnicos, habilidades y destrezas necesarias para llevar a cabo la entrevista familiar de manera profesional. Es esencial que antes de recabar el testimonio de última voluntad del fallecido referente a la donación de órganos y tejidos o formular la solicitud de donación a los padres de los menores de edad, los familiares sepan y hayan comprendido cabalmente que su ser querido murió. El objetivo de esta fase de la entrevista es recabar el testimonio de la última voluntad
6- Intervención judicial
La intervención judicial no es un requisito indispensable en el proceso de procuración de órganos y tejidos. Únicamente es imprescindible para aquellos donantes cuya causa de muerte es violenta, traumática o dudosa. En estas circunstancias, la intervención judicial es obligatoria; por lo tanto, luego de la entrevista con la familia y testimonio de última voluntad del fallecido o donación para los menores de edad, se debe requerir la autorización final al juez interviniente en el caso. Esta instancia tiene como objetivo permitir la ablación de los órganos que no interfieran en la investigación, o negarla si perjudica el resultado de la autopsia y la correspondiente averiguación acerca de las circunstancias de la muerte.
7- Distribución
El proceso de distribución y asignación de órganos y tejidos comienza ante la existencia de un potencial donante en una unidad de terapia intensiva, una vez que se cumplieron los pasos operativos anteriores ya mencionados y se determinó qué órganos son viables para ser trasplantados. El sistema informático del Incucai, Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (Sintra), emite un listado de los posibles receptores en base a criterios pre-establecidos que tienen en cuenta la compatibilidad biológica y antropométrica, la regionalidad (región donde se procura), la situación clínica y el tiempo transcurrido en esa situación.
Todo proceso de distribución está asociado a un proceso de donación y, por lo tanto, a un donante. La distribución tiene por objetivo asignar los órganos o tejidos del donante a los receptores más adecuados inscriptos en lista de espera, para que sean trasplantados. Por lo tanto, el ordenamiento numérico de las listas se establece en cada operativo de donación, una vez conocidas las características de compatibilidad entre el donante y receptor y el lugar del país donde se procura el órgano. El Sintra utiliza los datos del posible donante y de todos los potenciales receptores inscriptos en las listas de espera, para evaluarlos según el órgano a trasplantar. Como resultado, emite un listado de posibles receptores con un orden de prioridad asignado a cada uno.
8- Ablación y trasplante
La ablación es el procedimiento quirúrgico mediante el cual se realiza la extracción de los órganos y tejidos del cuerpo del fallecido. Esta cirugía se efectúa en el quirófano de la institución donde se haya producido el fallecimiento del donante, respetando las normas de asepsia propias de todo acto quirúrgico, tratando al cuerpo con consideración y respeto. Esta intervención es efectuada por los médicos especialistas en cirugía habilitados para tal fin, pertenecientes al Incucai, a los organismos jurisdiccionales de ablación e implante o a los equipos de trasplante de nuestro país. Los órganos se colocan en recipientes de conservación a baja temperatura (4ºC), en condiciones de esterilidad y con líquidos de preservación que mantienen su viabilidad. El tiempo de preservación en estas condiciones desde la ablación hasta el trasplante en el receptor, denominado de isquemia fría, es variable y depende del órgano conservado, en general debe ser menor a 20 horas. En cuanto a los tejidos, las córneas se conservan hasta el momento del trasplante en soluciones de preservación en frío en los bancos correspondientes, durante un tiempo óptimo inferior a los 10 días. Los huesos, válvulas cardíacas y piel son criopreservados en medio estéril en bancos hasta que son requeridos.
Finalmente, se efectúa el trasplante en un centro médico habilitado para tal fin. La intervención es realizada por médicos especialistas en cirugía con formación adicional en trasplante que son habilitados para llevar a cabo esta práctica por el Incucai o el organismo jurisdiccional de ablación e implante correspondiente a la provincia en la que se desempeñan.
¿Cómo se determina que un donante vaya a tal o cual integrante de la lista de emergencia?
Para determinar qué pacientes reciben los órganos y tejidos procurados y garantizar igualdad de oportunidades, el Incucai cuenta con normas que establecen los criterios de distribución y aseguran la equidad en la asignación. Los pacientes inscriptos en lista de espera a priori no tienen un posicionamiento numérico con un primero, un segundo o un tercero. Un proceso de distribución está asociado a un proceso de donación y, por lo tanto, a un donante. La distribución tiene por objetivo asignar los órganos o tejidos del donante a los receptores más adecuados inscriptos en lista de espera, para que sean trasplantados. Por lo tanto, el ordenamiento numérico de las listas se establece en cada operativo de donación, una vez conocidas las características de compatibilidad entre el donante y receptor y el lugar del país donde se procura el órgano.
En esa instancia se inicia la distribución a través del sistema informático del Incucai, operado por profesionales y técnicos. El Sintra utiliza los datos del posible donante y de todos los potenciales receptores inscriptos en las listas de espera, para evaluar la asignación según el órgano a trasplantar. Como resultado, emite un listado de posibles receptores con un orden de prioridad asignado a cada uno.
Los criterios de distribución están regulados por resoluciones específicas para cada tipo de órgano. Estas normas que aplican en todo el territorio nacional son el resultante de sucesivos análisis de la literatura teórica así como de la experiencia previa, de cuyo análisis participan junto al Incucai, comisiones asesoras formadas por los equipos de trasplante, las sociedades científicas, el Comité de Bioética institucional y la Comisión Federal de Trasplante.
Factores que se tienen en cuenta en las normas de distribución
• La región donde se procura el órgano o tejido
• La compatibilidad entre el donante y el receptor
• La situación clínica del paciente
• La antigüedad en lista de espera
La región se considera para acortar los tiempos de isquemia (lapso transcurrido entre que se extrae el órgano y se lo implanta) y para establecer equilibrio distributivo entre los pacientes de todo el país.
¿Qué le diría a quienes aún presentan rechazo a ser donantes?
Por tratarse de un acto solidario, desinteresado y generoso no puede ser de ninguna manera impuesto ni forzado, se debe respetar la postura negativa ante la donación de órganos y tejidos
Un temor muy común y que muchos esgrimen para no a explicitar la donación es que, en caso de accidente de tránsito por ejemplo, su vida no sería salvada para "usar" sus órganos. ¿Qué tiene para decir al respecto?
Toda persona involucrada en la tarea médica tiene como principal meta y objetivo la resolución de las situaciones de emergencia que ponen en riesgo la vida humana. Ante un accidente de tránsito todos tendemos a ayudar, aún más el médico, que tiene como compromiso y obligación profesional la preservación de la vida. Pero los temores de la comunidad en relación a esto sólo se resolverán en la medida que más se hable sobre este sensible tema.
¿Qué otros temores o mitos de ese tipo suele escuchar?
Los temores están en directa relación con el desconocimiento del proceso de donación, distribución de órganos y trasplante en nuestro país, siendo el nuestro un sistema modelo para otros Estados con una legislación vigente de igual valía. Pero una vez más creo que lo temores se resuelven difundiendo y hablando de estos temas en la comunidad.
¿Cuáles son las cifras de donación en la Argentina? ¿Evolucionaron respecto a años anteriores?
En 2012 la Argentina alcanzó una tasa de 15,7 donantes por millón de habitantes, y esto la posicionó a la vanguardia en la región en materia de donación.
Es que 630 donantes reales, permitieron que 1.458 personas recibieran un trasplante, cifras que representan un récord histórico a nivel nacional.
Se generó un donante cada 14 horas y se realizó un trasplante de órganos cada 6 horas en el país.
Los distritos con las tasas más altas de donación son: la Ciudad de Buenos Aires (32,5 por millón), San Luis (32,4) y Santa Cruz (25,6). Muy cercanas a países líderes en la materia como España (35,3) y Portugal (28,1).
En lo que va de 2013 se realizaron 496 trasplantes con 222 donantes reales.